miércoles, 3 de marzo de 2010

LA TEOSOFÍA Y LOS NAZIS



En todas las grandes atrocidades cometidas por el ser humano a lo largo de la Historia siempre queda algo enigmático, sumido en lo más profundo de la locura, carente de toda lógica e inexplicable. Y, si no fuera por lo dramático del asunto, por la cantidad de vidas que se han cobrado y por lo tremendamente repugnante de esto, se diría que los personajes provocadores de dichas atrocidades, resultan fascinantes al estudio de la psicología humana.
Pero, si tuviera que elegir entre todos los personajes de estas características, me quedaría sin lugar a dudas con los nazis.
Siempre me he preguntado cómo es posible que alguien cometa tantas ejecuciones, torturas y un largo etcétera de barbaridades y que, además, no sea una persona sola, sino muchísimas. Qué capacidad tiene un líder para persuadir a tanta gente de que lo mejor que puede hacer en la vida es matar.
Cómo se puede caer en una locura colectiva como aquella hasta ese punto.
Aún me sobrecoge el carácter diabólico de los nazis, me impone su cruz gamada hasta producirme un miedo atroz.

La Doctrina Secreta

Helena Petrovna Blavatsky, famosa ocultista y fundadora de la Escuela Teosófica, publicó un libro supuestamente dictado a través de escritura automática. Blavatsky utiliza como símbolo de esta Escuela, entre otras cosas, una svástica.
Fue esta persona de vida agitada, con un extenso currículum de viajes a lo largo de su vida, huyendo de un marido al que nunca quiso y que la persiguió durante muchos años. En uno de estos viajes, madame Blavatsky llegó al Tíbet donde estableció contacto con grandes maestros budistas aprendiendo de ellos grandes doctrinas aunque, por sus escritos, se nota que captó sólo una parte del auténtico budismo.
Con los conocimientos que había adquirido intentó unificar religiones, entre ellas el cristianismo basándose en que existía en todas ellas una realidad única. Fue así como se redactó La Doctrina Secreta aunque ésta no es más que una extensión de su obra Isis sin Velo, donde se narra el origen de la humanidad.
En La Doctrina Secreta, Blavatsky nos describe la svástica de la siguiente forma:

" ... Los cuatro brazos de la X, o cruz decusada, y de la cruz hermética, indicando los cuatro puntos cardinales, eran bien comprendidos por las mentes místicas de los indos, brahamanes y buddhistas, siglos antes que se oyese hablar de ello en Europa, pues ese símbolo se encuentra en todo el mundo. Doblaron ellos los extremos de la cruz e hicieron de ella su Svástica, ahora el Wan de los buddhistas mongoles. Implica ella que el "punto central" no está limitado a un individuo por muy perfecto que sea; que el principio (Dios) está en la Humanidad, y que la Humanidad, como todo lo demás, está en Él, como las gotas de agua en el Océano, estando los cuatro extremos dirigidos hacia los cuatro puntos cardinales, y por tanto perdiéndose en el infinito.


Esta svástica es usada por los budistas como símbolo de iluminación interior y espiritualidad.

Pero, cuidado, no hay que confundirla con la svástica nazi, ya que ésta gira en sentido inverso y representa el éxito súbito seguido de la destrucción.

Se dice en esta obra de Blavatsky que existe una raza pura que proviene de la Atlántida. Esta raza fue migrando a través del desierto de Gobi hasta el Himalaya. Ni qué decir tiene, el mensaje de Blavatsky fue tergiversado hasta límites insospechados.
Fue Haushofer quien usó la svástica sinistrógira que los nazis hicieron suya, símbolo de destrucción para que resurja una raza pura.
Por tanto, la Doctrina Secreta de Haushofer no tenía casi nada que ver con la de Blavatsky. Los teósofos alemanes hicieron su propia interpretación de la misma para su beneficio personal.
Son sobradamente conocidas las expediciones de los nazis al Tíbet en busca de aquella raza que provenía de la Atlántida.
Haushofer perteneció, por tanto, a una Sociedad cuyas ideas giraban en torno a la búsqueda de la raza perfecta que Himmler transformó en las S.S.

Una obra tergiversada

Quien haya leído La Doctrina Secreta o Isis sin velo podrá comprobar la exaltación de Blavatsky en cuanto al lenguaje que utiliza y en cuanto a creer haber descubierto la Verdad que la Humanidad ha buscado a lo largo de la historia.
Se puede comprobar un gran conjunto de teorías todas mezcladas, tales como Darwinismo, filósofos socráticos y presocráticos y, por supuesto, tendencias budistas que, como dije anteriormente, comprendió a medias.
En Isis sin Velo podemos ver cómo existe un intento por completar las teorías de Darwin en cuanto a la evolución de las especies. Dice Blavatsky que la teoría de la evolución está incompleta, pues sólo se tienen en cuenta los cambios físicos y no los intelectuales. Según esto, se diría que todas las personas actuales son intelectualmente superiores a gente como Sócrates o Platón que vivieron hace 2.500 años. Es por esta razón que existan descendientes de la Atlántida intelectualmente perfectos.

Lo que Helena Blavatsky no pudo sospechar ni de lejos era que sus ideas, en principio generadas para unificar a los hombres en una sola religión, fueran malinterpretadas a favor de unos cuantos.

6 comentarios:

  1. Muy buenas,

    Me gusta este blog. Veo que vas a la molla, que es como decimos los gitanos a la esencia.

    Por eso, estás del todo segura de tus conclusiones con la Blavatsky?

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  2. Hola, muchas gracias por leerme!!!
    No sé muy bien a qué te refieres cuando preguntas si estoy del todo segura.
    Sí creo que Blavatsky influyera en los nazis pero, por supuesto, ella no tenía ninguna intención de hacerlo negativamente en nadie, todo lo contrario. Tanto es así, que otros personajes se han apoyado en sus teorías, por ejemplo, Gandhi, siendo un gran pacifista.
    Los nazis tuvieron mucho que ver con el ocultismo y se inspiraron en Blavatsky, sobre todo, en lo de la raza superior de los atlantes.
    Un saludo.

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  3. Holaaa, hola,

    Que digo que seguramente la Blavatsky y herr Haushofer tropezarían por el Tibet, casi como Marion e Indiana Jones, llamando a las puertas de las lamaserías.

    Los nazis no eran precisamente un modelo de comportamiento y les faltaban algunas virtudes, por decirlo suave, pero no precisamente la seriedad ni el rigor científico.

    La sociedad Thule y la sociedad Teosófica compartían apartado de correos. Qué pasaría hoy con esta gente en el Feisbu?

    Ciao.

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  4. Respeto tu opinión aunque no la comparto.
    No entiendo por qué el hecho de una expedición al Tíbet por parte de los nazis le resta seriedad. Esta expedición tuvo lugar, no me lo he inventado yo, y las influencias del budismo e hinduismo en Blavatsky, también están constatadas.
    No obstante, el hecho de que escribiera esto, no significa que te lo tengas que creer.
    Saludos.

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  5. Variedad, variedad, que buena es la variedad...

    En primer lugar, perdona mis modales asilvestrados y mis palabras tan bastas.
    Que sepas que yo también soy un gran fan de la Blavatsky y, algo menos, pero casi, casi de Alexandra David-Neel. Las expediciones pretéritas y, quasi míticas para mí, al Tibet de Alexandra, la Blavatsky, Gurdjieff y hasta de los nazis son una continua fuente de excitación mental y, sobre todo, de mucha, mucha envidia, y no de la sana, por no haber formado parte de ninguna de ellas.

    Lo de la cuestión de Indi no es ninguna broma, porque tú sabes que Hollywood, al igual que hacían las tribus neolíticas, suele atribuirle a los protagonistas norteamericanos virtudes y valores que adornaban al enemigo, en este caso al nazi. Conocido es el rigor científico de los alemanes y sobradamente probada la valía de toda su ingienería, para tener una idea aproximada de cómo debieron afrontar sus legendarias expediciones y, sobre todo, vislumbrar lo que pudieron encontrar en ellas.

    Y, en cuanto a mí, soy una persona de fe, creo más en lo que no veo que en lo que se ve.
    Tu opinión es muy necesaria.

    Saludos.

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  6. No tienes que pedir disculpas, faltaría más. Me encanta hablar contigo, además, veo que conoces bastante bien el tema, así que es un placer debatir contigo.
    Saludos.

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