viernes, 12 de marzo de 2010

LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN


ALDOUS HUXLEY: LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN

Si hay un autor que me ha impactado especialmente, éste es Aldous Huxley. Sólo conocía de él su popular libro “Un mundo feliz” y tengo que reconocer que, pese a no gustarme el final, me impactó sobremanera. Desde ese día no he podido evitar, en cierto modo, clasificar a la gente: ¿será alfa? ¿será gamma?
Pero, tras el mensaje tan crudo de este libro, existe un Huxley posterior, mucho más místico y con cierta predisposición a la experimentación con drogas. Este es el caso de “Las puertas de la percepción” donde se narra una experiencia tras la ingestión de mescalina.

Antecedentes: La filosofía perenne

¿Qué es la filosofía perenne? Huxley nos habla de “filosofía perenne” como una forma de conocimiento superior, donde existe una unión entre el individuo y la naturaleza hasta formar una sola cosa, un conocimiento en el que no existe la dualidad.
Es éste un mismo tipo de conocimiento que nos plantean algunas sabidurías orientales, como ciertas ramas del budismo, hinduismo y taoísmo.
Nuestro punto de vista occidental, derivado de los antiguos filósofos griegos, está basado en conceptos duales: verdadero-falso, cuerpo-alma… Y es esta dualidad la que hace diferente a la persona que observa del objeto observado y en lo que el método científico se ha basado desde hace siglos.
Pero la física cuántica ha llegado a un punto en el que no hay lugar a dualidades, se dice que “el observador altera lo observado por el simple hecho de su observación”. No se puede diferenciar de lo que observa puesto que también forma parte de dicho objeto.
Es precisamente lo que las filosofías no duales dijeron hace miles de años.

Según el prestigioso psicólogo Wilber, existen varios tres tipos de conocimiento que intentaré resumir de la manera más sencilla:

- El que nos ofrecen los sentidos: según este tipo de conocimiento, nos acercamos al espacio, al tiempo y a los objetos.
- El que nos ofrece la razón y la imaginación: esto es, elaboraciones matemáticas y filosóficas.
- El que nos ofrece la iluminación o la contemplación. Es la forma de conocer la Realidad última.

Ninguno de estos fenómenos se pueden explicar mediante un tipo de conocimiento inferior. Es decir, si intentamos explicar qué es la Realidad mediante el conocimiento matemático, esto resultaría imposible.

Pues bien, en esto se basa la filosofía perenne, en saber que existe un tipo de conocimiento superior que nos remite a la Realidad, a la Verdad, al Tao.

¿Qué es esta Realidad última?¿Cómo se explica su existencia?

No se puede explicar con palabras, solamente se experimenta través de la meditación. Es una forma de sentirse uno con el Cosmos.
Es probable que el hombre tenga esta capacidad innata pero, si este fuera el tipo de conocimiento con el que nos moviéramos a diario, es muy probable que nos volviéramos locos. Perderíamos nuestro “yo”, eso que nos hace únicos. Esta es una teoría desarrollada por Bergson en la cual se afirma que cada persona es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. El cerebro nos protege de algo que podría abrumarnos y, de esta forma, Bergson habla de una “válvula reductora” que filtraría lo que nos sirve de lo que no nos sirve. Así surge nuestra dualidad y nuestra forma del ver el mundo.

¿Cómo se llega a conocer la Realidad?

Existen varias formas. La vía principal es a través de la meditación. Se trata de ejercicios espirituales que conllevan una gran dedicación.
Lo llamativo del caso es que las experiencias no-duales se alcanzan de muy diferentes maneras aunque las personas que las han vivido las relatan de forma parecida.
Es fácil que la experiencia cercana a la muerte sea muy parecida a las experiencias místicas y, a su vez, las experiencias místicas son similares en cualquier tipo de religión. De hecho, podemos encontrar muchas similitudes en místicos cristianos y budistas. Todos ellos refieren una historia casi idéntica.
No obstante, cada persona tiene sus matices y, según estudiosos, hay unas veinte formas de conciencia, la experiencia mística, las cercanas a la muerte, los efectos de drogas alucinógenas, el coma…
Lo sorprendente de todo esto es que, religiones muy diferentes y que probablemente no hayan estado en contacto, relatan experiencias parecidas.

¿Es posible tener una experiencia de este tipo a través de drogas alucinógenas?

Parece ser que sí, y esto es lo que Huxley intenta demostrar en este libro, de hecho, relata cómo llega a ver las cosas a través de los ojos de la mescalina.
Sin embargo, no es la vía más adecuada porque, si bien se vive la experiencia, no aporta nada a la sabiduría humana.

Como bien dijo el guía espiritual de Huxley: “Quien entra idiota en una experiencia po drogas, sale idiota de ella”.

1 comentario:

  1. Yo me quedé en el conocimiento que llega a través de los sentidos y cada vez veo menos...

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