miércoles, 11 de agosto de 2010

LA CATEDRAL DE CHARTRES














Un misterio en el camino
Muchos acontecimientos a lo largo de nuestra vida se producen así, de repente y de forma imprevista. Y así fue como este verano fui a parar a Francia. Tenía pensado estar unos días en París y después viajar por las márgenes del río Loira para visitar sus castillos. Pero, en el camino de un sitio a otro, tropecé con un pueblo cuyo nombre me era bien conocido aunque no hubiera sabido localizarlo en el mapa de este país. Como ví en un cartel que era patrimonio de la Unesco, decidimos entrar. El nombre de Chartres lo tenía en la memoria casi borrado y, de pronto, recordé que allí había una catedral gótica que no me era del todo desconocida. Había leído tanto acerca de Isis y su culto clandestino hasta bien entrado el siglo VII de nuestra era, que prácticamente me era imposible recordar los nombres de todas las catedrales donde pude encontrar ciertos vestigios de dicho culto.
Recordé entonces a Fulcanelli y "el misterio de las catedrales" que tanto me ayudó en mi trabajo recopilatorio. Y me encontré entrando en aquella catedral gótica que me absorbió de una manera que no podría explicar con palabras.

Una extraña sensación

Soy una persona muy sensitiva para ciertos lugares. Unas veces siento vibraciones muy positivas y, en otros sitios, tengo que salirme porque no soporto lo que me transmite.
Sin embargo, la catedral produjo en mí un sentimiento que nunca había tenido. Tengo que reconocer que me dio algo de miedo a la vez que me atraía y me atraía hacia ella. Sólo pude sentarme a ver sus más de 170 vidrieras con inacabables símbolos religiosos.........¿religiosos? No, no todos ellos lo eran.
Lo primero que intuí fue que, lo que en apariencia parecía un sitio de culto cristiano, no lo era tanto y que, en alguna época, la catedral de Chartres debió servir para algo bien distinto. Aún no lo he podido averiguar, hay tanto por estudiar...

El laberinto de la Catedral


Supe enseguida que disponía de un famoso laberinto en el suelo aunque no pude verlo porque estaba lleno de sillas y, en algunas ocasiones, restaurándose ciertas partes del altar. Dicen que en el centro de este laberinto existía una imagen de Teseo y el Minotauro, la famosa leyenda.
Por supuesto, no había creído nunca en aquello que Charpentier narró como "milagro de la luz" porque el laberinto parece ser que fue reconstruido en el siglo XVIII.
Pero más allá de la magia del propio laberinto, lo que cualquier profano en la materia puede observar, es el hecho de que induce a la meditación, sin lugar a dudas. También tenía algo que evoca a los mandalas budistas, quizá por pretender ambos el mismo estado contemplativo de las personas que lo observan.

Las Vírgenes negras


Cuentan las crónicas del pueblo que allí, desde los tiempos más remotos, el culto a la diosa madre ha estado muy extendido. De hecho, los primeros datos que se tienen de una catedral en este lugar son de mediados del año 700. Bien sabido es que el culto clandestino a Isis duró hasta bien entrado el siglo VII y que éste se hacía en cuevas y excavaciones donde se guardaba la estatua de la diosa.
No deja de sorprendernos que, en estas condiciones, existan no sólo una sino dos imágenes de Vírgenes negras que, como es bien conocido, simbolizan a la diosa madre.
La primera de ellas es Nuestra Señora del Pilar, imagen venerada con devoción por muchas personas, y que atrae peregrinos de gran cantidad de lugares. Esta imagen está íntegramente tomada de la antigua diosa Isis, aunque su construcción es bastante tardía. Cualquiera puede apreciar en ella todos los atributos de la diosa egipcia, por ejemplo, el hemisferio estelar que la recubre, su tez oscura, su hijo Horus en brazos y la probable estrella Sirio que se encuentra en la parte superior, entre otros muchos detalles.

Pero mucho más asombrosa es esta segunda imagen con el sugerente nombre de
Notre Dame sous terre
o, lo que es igual, Nuestra Señora bajo tierra. Según nos afirma Fulcanelli en su obra "El Misterio de las Catedrales" esta sí fue una verdadera imagen de Isis, no sólo una inspiración para la persona que realizó la talla. Pero, como sucede en gran parte de los cultos paganos, la primera figura fue destruida y lo que hoy podemos contemplar es simplemente una reproducción de la primera y, esta vez, ya cristianizada.
Confirman la teoría de Fulcanelli las bóvedas celestes que forman el cielo de la cripta.

Los signos del zodíaco



Embargada como estaba por la emoción de asistir a una catedral llena de símbolos paganos y por ese misterio que invade y se respira en su interior, fui a parar a una de las vidrieras que se perdía entre todas. Resultó contener los signos del zodíaco, algo completamente inusual en un lugar cristiano. Me quedé estupefacta contemplándolo. Sin poder explicar por qué lo hice, me senté a contemplarla detenidamente y vi en la parte superior una figura que indicaba un sitio frente a la vidriera. Lo primero que llamó mi atención fue que señalaba al lugar donde estaba situada Nuestra Señora del Pilar, sólo que no podía verse ya que estaba tapado por las obras que se realizaban en ese momento. Después entendí que frente a la vidriera había lo que, para mí, tiene bastante que ver con las conjunciones astrales, esto es, un disco zodiacal que estaba justo en la pared mencionada.


Un lugar al que regresaré

El tiempo pasa tan rápido que no permite a veces quedarte en el mismo sitio durante días y días. Eso fue precisamente lo que me ocurrió en Chartres, pero no me queda la más mínima duda de que volveré para quedarme algún tiempo y analizaré todas y cada una de sus magníficas vidrieras donde, se pueden encontrar figuras de personas que parecen estar trabajando en laboratorios, se les aprecian matraces en las manos y me pregunto si tendrá también algo que ver con los antiguos alquimistas.
Se dice que los lugares sagrados se levantan en zonas que emanan misticismo y eso es precisamente lo que hace de Chartres una catedral única en mi opinión. No es de extrañar que se hayan levantado y demolido templos en el mismo lugar manteniendo su misterio primigenio.

5 comentarios:

  1. Impresionante, Rocío, bienvenida al mundo de la simbología Alquímica.

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  2. Felicidades
    Me gustan mucho tus comentarios sobre Chartes. Muy acertados
    Saludos cordiales
    Vasilius

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  3. Holaaa, hola

    Tal como tú lo cuentas, dan ganas de ir a Chartres ahora mismo.

    por lo que veo, conviene ir documentado. qué me recomiendas? astrología, culto a Isis? Una vez que estás allí, de qué te hubiera gustado saber más para comprender?

    Viva la Semana Santa!
    Saludos.

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  4. Hola!!!
    La verdad es que Chartres fue para mí una gran sorpresa. Recomiendo a todo el mundo que se dé una vuelta por allí y, simplemente, se siente en uno de los bancos...
    Yo eché de menos saber más cosas de alquimia, creo que hay cientos de símbolos que no pude descifrar. Claro que tampoco hay que olvidarse de Isis y, en general, del culto a la diosa-madre tan arraigado en Chartres a través de los siglos.
    Si vas a Chartres, te recomiendo que leas antes a Fulcanelli "El misterio de las catedrales".
    Un abrazo y feliz Semana Santa!!!

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  5. Chartres es algo muy especial, si decides visitarla, recomiendo ir predispuesto a introducirse en un mundo casi mágico, solo deciros que las fotos desde satélite salen como codificadas al pasar sobre la Catedral, es una zona con mucha energía y misticismo a la vez.

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